Batahola

Diario del fin del mundo

«Quizá usted no se imagina el lugar desde donde le escribo. ¿Cómo decirle? El cielo es grande, y se tiene la sensación de que en el horizonte hay un abismo en el que cesa todo. Si se dirige hacia el norte y ha olvidado su pasaporte, o no lo tiene, o se lo han robado, o lo ha perdido, ahí en la barda metálica se le va a acabar el mundo. El oeste será mar. Se moverá usted en carreteras impredecibles, a momentos sentirá que vive en la cabeza de Don Jorge Luis. Las calles no tienen nombre, y si lo tienen nadie lo conoce. Usted se guiara por montones de tierra, comercios, gasolineras, colores, logos, maquiladoras. […] si todo está lleno de polvo y tiene la sensación de que se ha perdido aunque conozca su destino, entonces, tenga la certeza de que está usted en Tijuana».
Vivir en la frontera es igual de duro que en las noticias, las canciones y las películas que has visto. Sólo que también tiene algo de rutina, entre la acción, los viajes, el contrabando y la pobreza. Batahola. Diaro del fin del mundo es un diario hecho a retazos de una vida, de confesiones de sus habitantes de todo lo que pasa cuando la violencia es un hecho cotidiano que no se tiene que contar. Basado en hechos muy reales sucedidos entre Rosarito, Tijuana, California y Cuba.

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Detalles del producto

Limitaciones: Compartir: Permitido según las limitaciones (6 Dispositivos)
Editorial: EDITORIAL FOC
Paginas: 88
Edición: 2014
Idioma: Español
Peso: 853
Materias:
Formato: EPUB
ISBN: 9788415634256
Origen: B

Contenido Adicional

ACERCA DEL AUTOR

Lorena Mancilla

Lorena Mancilla Corona (Tijuana, 1975) Es una pesimista en recuperación. Divide su vida en dos planos que, a menudo, colisionan: el real y el imaginario. Desde los noventa ha publicado artículos y columnas en revistas de México y Estados Unidos. Se licenció en filosofía por la UABC. Está por terminar su maestría en Lengua y Literatura Española en San Diego State University y por iniciar su doctorado en Lengua y Literatura Hispánica en University of California Berkeley. De niña fue jornalera en un campo de cilantro. Ha sido vendedora de habanos, de cuetes, traficante ocasional de tabaco, recepcionista de hotel y cajera de restaurante. Ha obtenido títulos que prefiere dejar en el olvido. Es hija de una peluquera que fue jugadora de fútbol y cantante en Los Pericos Boys, una banda rocanrolera de los sesenta hasta hoy desconocida. Actualmente es profesora, traductora, estudiante y madre de la adolescente más inteligente, creativa y encantadora del universo.