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La cuestión del conocimiento ha sido una pregunta capital a lo largo de
la historia de la filosofía y la ciencia. Se ha centrado la indagación a
partir de la seria investigación que sobre la misma realizaron la mente
meditativa de Jiddu Krishnamurti y la mente científica de David Bohm.
El presente estudio puede suponer una buena oportunidad para profundizar
con rigor en el magnífico trabajo realizado por ambos autores en el
siglo XX. Sin embargo, el objetivo fundamental del mismo será investigar
los posibles lazos de unión o integración entre la meditación como un
movimiento de amor, comprensión profunda y autoconocimiento de la
realidad de la vida, y la dimensión creativa que debe ser una cualidad
esencial y genuina de una mente científica.
La comprensión holística
del proceso global del conocimiento nos abre a una forma diferente de
aprender que puede permitir de forma natural la necesaria transformación
virtuosa de nuestra existencia. Para ello, una actitud verdaderamente
generosa y humilde, libres de la férrea estructura psicológica del ser
humano, habitualmente egocéntrica y llena de prejuicios y conclusiones,
será la llave que trasciende la limitación y fragmentación de nuestro
pensamiento analítico y conceptual.
Podemos descubrir un nuevo orden
cognitivo fruto de la serena y bondadosa lucidez de la inteligencia pura
y creativa, desde la que Krishnamurti y Bohm nos invitan a un diálogo
constructivo, en una unión entre meditación y ciencia.